martes, 29 de diciembre de 2009

De lo que fué y lo que és

Rodrigo era un niño que destacaba poco, perdido en la España medieval, en pleno siglo XIII, vivia con su padre en los arrabales de la gran cuidad de Toledo. Huerfano de madre desde su nacimiento, habia crecido con su padre, robando para vivir, subsisiendo a veces, tan solo de esos pequeños hurtos. Su padre, Tristan Arquio, no era mas que un pobre albañil poco habil, que malvivia de chapuzas, casi en peores condiciones de lo que lo hacia un porscrito. Las veces que no encontraba trabajo en ningun pueblo de los alrededores, o en la misma Toledo, que solian ser las mas, ambos pasaban hambre, y se veian obligados a robar a los viajeros y turistas despistados, en incluso a los monjes que solian recorrer los caminos cargados de viandas.
Poco corpulento, mas bien bajito, cabello siempre despeinado, de un negro intenso, y unos ojos encendidos y curiosos. Rodrigo poseia una inteligencia aguda y cautelosa. A pesar de n sobresalir sobre los demas chavales de su edad, con los que no se relacionaba mucho, hubiese podido vencer a cualquiera de aquellos infantiles brabucones de 14 años del barrio de Tolosa en cualquier acertijo o problema de matematicas que se le ocurriese. No congeniaba con nadie, quizas por el hecho de que no le atraia la guerra. No encontraba placer en aporrearse mutuamente con cualquier amigo por las esquinas, ni en aprender a menjar una espada, ni en pensar que cualquier dia podria verse metido en una batalla de miles de personas, mutiland y matando para poder sobrevivir. Preferia pensar en la tranquilidad del hogar. Soñaba con riquezas, una casa grande, llena de hermosos libros escritos a mano por los antiguos monjes, que contarian cien mil historias sobre los sabios, los heroes del pasado, los villanos, dioses mitologicos, seres de cuento. La simple idea de poseer un solo libro, por pequeño y viejo que fuese, le hacia sentirse fascinado.
Pero solo eran sueños. Obligado a robar, no podia permitirse un colegio, y jamas habia recibido demasiada educacion. No llegaria a ser mas que otro albañil del monton que malviviria a base de chapuzas que no alcanzarian ni para dos meses. Tenia un futuro escrito, y poco podia hacer para evitarlo. Seria un analfabeto durante toda su vida. No podria aportar nada al mundo, no saldria en los libros de historia, no apareceria en los cuentos futuros. Nadie, jamas, recordaria su mente maravillosa, capaz de captar detalles por pequeños que fuesen. No dejaria su huella.

Continuará..

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